El merluzo, tres segundos después de vivir una experiencia, la olvida. Como el elector, constantemente defraudado por las promesas de los partidos y que, reiteradamente, vuelve a confiarles su voto. El efecto, al votar, tiene un margen mínimo: listas cerradas y bloqueadas, desconexión entre el elector y el elegido, promesas electorales incumplidas, etc. A ello se unen las degeneraciones propias del sistema democrático: partitocracia, plutocracia, corrupción, riesgos autoritarios, que se producen casi inercialmente y que conducen hacia formas autoritarias más o menos encubiertas. El elector es el eslabón más débil del ritual democrático. A los políticos solamente les interesa su voto, no sus problemas. Esto ocurre hasta tal punto que resulta adecuado preguntarse -como hace el autor- ¿cómo es posible que el elector siga confiando en opciones que inevitablemente le decepcionan? De ahí el título de este libro: "¿Aún votas merluzo?".