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Rosalinda Miller Cid (Sevilla, 1966 - 2019) murió en la calle. Era una persona sin hogar. La poesía era su refugio, su manera de comprender, contar y transformar el mundo.
Lo poco que sabemos de su vida (una existencia intensa, agitada y azarosa, repleta de enigmas) lo cuenta en el prólogo de este libro David Eloy Rodríguez, así como la forma en que estos versos llegaron a verse publicados: una historia singular.
La impactante voz poética de Rosalinda recoge con sabiduría y precisión, con intensidad y hondura, la experiencia de la más radical intemperie.
Otro día en un jardín extraño es un libro de poemas sorprendente. Leerlo me ha hecho pensar, me ha conmovido, me ha dado ganas de más poesía.
Antonio de la Torre
La obra de Rosalinda Miller Cid es de una lucidez cegadora que alberga la pureza de quien, sin esperar la gloria, está destinada a ella. Con su palabra nos entrega verdad como quien regala nueces que hemos de abrir para encontrar la blanda dulzura que se esconde tras la cáscara hostil de nuestra cotidiana miseria. Leerla es sentir el roce de un mundo que nos queda estrecho; es dormir, con ella, sobre cartones de realidad y amanecer sabiéndonos al otro cabo de la misma cuerda.
Esther Garboni
La poesía de Rosalinda Miller es como una de esas fuentes termales que brotan en el centro del glaciar, un ave extraña en mitad del desierto, hierbas asomando por la grieta del hormigón, diamantes en la hondura negra de la tierra, flores que nacen del sumidero. En sus versos sentimos la inclemencia pero también la ternura de la supervivencia en los márgenes.
Miguel Ángel García Argüez
La vida en la calle hecha buena poesía. Verdad sin maquillaje, belleza cruda.
Daniel Mata