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El conjunto de textos que componen el libro que tenemos entre las manos responde a la necesaria tarea de deconstrucción de la idea que del africano se ha labrado, a lo largo de siglos de desencuentros e ignorancia, el imaginario colectivo europeo en general y, en particular, el español.
Era indispensable, para justificar la ignominia de la esclavitud primero, y la de la colonización después, oficializar una imagen del africano hecha a la medida de la triste empresa de la que millones de seres humanos iban a ser víctimas. La supuesta inferioridad del negro era suficiente para dar por válida su conversión en esclavo y el desierto espiritual en que al parecer vivía, para presentar como una bendición su evangelización. Poder político y poder religioso coinciden aquí, como en tantas otras ocasiones, en unos mismos intereses: someter, cada cual con sus propios fines, a una misma población, como fieles aliados que comparten en una misma misión.
Y a ese fin contribuye este libro de Amadou Ndoye, un hombre honesto y clarividente que luchó, con las armas de su verbo y su escritura, por un futuro mejor para todos, un futuro compartido, mestizo, solidario. Ese es el sentido de su esfuerzo al escribir estas páginas, para bien de todos.
Antonio Lozano