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Si uno de los retos más importantes de los movimientos es la articulación de teoría y práctica como componentes de una acción política efectiva, este texto ha de ser una referencia en este sentido. Este libro surge de una década de experiencia militante, la del colectivo No Tan Distintes en la organización con personas en situación de calle, un territorio poco transitado como ámbito desde el que pensar políticamente. Pero en Acompañar es político, la militancia cotidiana con mujeres, trans, travestis, trabajadoras sexuales o consumidoras de droga se convierte en una propuesta teórica y política que impulsa a pensar la realidad concreta de las militancias. Flor Montes hace que el ritmo de la calle y de las vidas en la calle salpique las nociones elaboradas por Judith Butler, Michel Foucault o Sara Ahmed, transformándolas en pensamiento vivo.
Aquí las herramientas teóricas conciben la acción política no desde principios estáticos, sino desde la capacidad de relacionarse y afrontar realidades vitales complejas. Una perspectiva transfeminista cuyo alcance para repensar la acción y la militancia es extrapolable a ámbitos como las luchas de migrantes o por la vivienda, en las que la organización de comunidades vulnerabilizadas requiere instrumentos sólidos y a la vez flexibles capaces de generar formas de luchar acompañando y acompañar luchando.
Un acompañamiento transfeminista implica admitir que, mientras se acompaña, se lucha. Se lucha acompañando a la otra. Luchar implica poner el cuerpo, vincular desde el afecto, componer un apoyo, registrar el deseo, amortiguar la violencia, respetar el proceso, sostener en el tiempo, consolidar una ética y construir un código. Como lo personal es político, involucrarse personalmente es parte de la militancia (micro)política.