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¿Cómo es posible que un Estado constitucional defienda al mismo tiempo la libertad individual y sostenga la esclavitud o el estanco del tabaco, realidades que niegan esa misma libertad? Este es uno de los grandes desafíos afrontados por los constructores del Estado constitucional español. ¿Qué razones aportaron para justificar tal contradicción? ¿Qué argumentos sostenían cada posición? ¿Qué fundamentos pudieron influir en los procesos de toma de decisiones? Meras palabras sí, todas ellas, pero pronunciadas en el seno del poder legislativo, con la capacidad de cambiar la realidad y decidir la suerte de esclavos y de fumadores, de sus amos y de quienes no consumían la famosa hoja. En un debate lleno de razones y de pasiones, en el que la suerte del Estado constitucional y la de España toda podía estar en juego.