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Este ingente y bien documentado trabajo de investigación tiene el mérito de haber puesto al descubierto, por primera vez, los artificios con los que se fue construyendo una historia de Barcelona, la del secuestro de la niña Teresita Guitart, en el año 1912, y que tradicionalmente y aún hoy, ha sido contada desde una mirada complaciente con el clasismo y las violencias patriarcales. Este es el suceso delictivo que la historiadora Elsa Plaza recorre a través de la documentación disponible, y que interpreta y lee con un encomiable sentido crítico, con ética historiográfica y vindicación feminista. Para ello utiliza la metodología crítica de la historia social y la perspectiva feminista deconstructora, la que más deja al descubierto la parte oscurecida de la historia. Aquella que tiene por sujetos a las clases subalternas y, sobre todo, a las mujeres. Siendo que, lo que se dirime en esa época de un modo radical, y en ciudades como Barcelona, es lo que se irá decantando, con sucesivos oleajes políticos y militares, en contra de los derechos y el bienestar de la población que se reconoce como la del trabajo o en torno al mismo. Así, Enriqueta Martí, la presunta ejecutora del secuestro se convertiría en el personaje de una de las leyendas urbanas con versiones más variopintas y estrafalarias?..