El señor Ámbar es un anciano con dos peculiaridades: no habla nunca en voz alta y tiene un ojo de color ámbar, lleno de misterio y que hace honor a su propio nombre. Sin embargo, hubo un tiempo en que el señor Ámbar no se llamaba así y era un niño como todos los demás. Un día, cuando un perro le dio un lametazo a la hermana pequeña, esta al poco enfermó de manera incurable y todo cambió. En ese momento, la madre, obsesionada con que la mítica y temible figura del «perro demonio» pueda atacar a los demás hijos, para protegerlos de cualquier peligro decide encerrarlos en un caserón e iniciar allí una nueva vida. Les pone varias normas: olvidar el pasado ?para ello los niños adoptarán unos nuevos nombres: Ópalo, la mayor; Ámbar, el segundo; Ágata, el pequeño?; no hablar en voz alta; no superar nunca los límites del muro que los separa del resto del mundo. Pero ni siquiera la reclusión forzosa consigue detener la imaginación de unos niños, que, gracias a la lectura de las enciclopedias presentes en la casa, emprenden unas fantásticas aventuras y desarrollan unos talentos extraordinarios.
Con su estilo inconfundible, Yoko Ogawa traslada al lector al mundo de la infancia vivido como un sueño, donde la magia y la imaginación son los instrumentos elegidos para huir de la realidad.
DESTELLOS DE AMBAR
AUTOR/A
OGAWA, YOKO
Yoko Ogawa nace en Okayama en 1962. Estudia en la Universidad Waseda de Tokyo. En 1986 inicia una carrera de escritora, inspirada por sus lecturas de los clásicos nipones, El diario de Ana Frank y las obras de Kenzaburo Oé. Ya con su primera novela, Cuando la mariposa se descompone, obtiene en 1988 el prestigioso Premio Kaien, y desde entonces su fama no ha hecho más que crecer. En 1991, logra el gran premio Akutagawa por El embarazo de mi hermana. Actualmente vive con su familia en la antigua ciudad mercantil de Kurashiki y se dedica exclusivamente a la literatura.<BR>Editorial Funambulista prepara la próxima publicación de dos de las novelas más aclamadas de la autora nipona: Perfume de hielo (1998) y La fórmula preferida del profesor (2004).