Tras el apoteósico éxito internacional de "El dios de las pequeñas cosas", Arundhati Roy, después de una larga ausencia, regresó a la India y se encontró con un país dominado por un clima de exaltado patriotismo. Las soflamas nacionalistas proclamaban la fuerza de la India gracias a su poder nuclear. La escalada de tensión con el vecino Pakistán desembocó en una serie de manifestaciones de fuerza consistentes en realizar pruebas atómicas en zonas desérticas próximas a la frontera que eran contestadas por el otro Estado con nuevas explosiones. En este breve y demoledor reportaje, la extraordinaria novelista que es Arundhati Roy pone su escritura al servicio de una causa justa y necesaria: la denuncia de la utilización de la energía nuclear con fines bélicos. Y aborda la hipocresía que rodea al tema, estas armas son presentadas como garantes de la paz mediante la «disuasión», la nueva situación creada tras los cambios geopolíticos propiciados por el final de la guerra fría y el acceso a este armamento de países del Tercer Mundo, el peligro absolutamente real de provocar en unos segundos la destrucción de la vida del planeta "El final de la imaginación" es una indignada y comprometida denuncia de una situación vergonzosa, porque «es una locura creer que las armas nucleares sólo son mortales si se utilizan. El hecho de que existan, su sola presencia en nuestras vidas, causará más estragos de los que podemos siquiera imaginar. Las armas nucleares impregnan nuestro pensamiento. Determinan nuestro comportamiento. Rigen nuestras sociedades. Dan contenido a nuestros sueños. Penetran como ganchos para colgar carne en la base de nuestro cerebro. Son proveedoras de locura. Son el último colonizador».
AUTOR/A
ROY, ARUNDHATI
Arundhati Roy vive en la India, en Nueva Delhi. En 2002 la Fundación Lannan otorgó a la escritora su premio a la Libertad Cultural.