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Guillermo Rendueles, referente de la psiquiatría crítica y pionero de la anti-psiquiatría, explica que al ampliar su campo de intervención la psicología contribuye a la desactivación de los proyectos de transformación política. Hoy se psicologiza el paro, el trabajo precario, la soledad, etc. Una de las características de las sociedades posmodernas es el tratamiento de los problemas sociales solo en el nivel de sus manifestaciones individuales. Desde este punto de vista, existiría una retroalimentación entre la economía neoliberal que produce una ruptura de los vínculos sociales, la crisis personal de grandes masas de individuos, y las pretensiones de la psiquiatría de cubrir cada vez más aspectos de la vida.
Esta perspectiva cala en las personas: en vez de buscar vínculos sociales (o un sindicato si tienen un conflicto laboral) buscan un psicólogo o psiquiatra, que defina sus problema en términos personales. El psicólogo se convierte así en un ?gerente de lo íntimo?, que legitima ?lo que hay? fuera de uno mismo, un burócrata o simplemente, un consultor sentimental. En esto consiste el proceso de psicologización de la sociedad.