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Las imágenes construyen formas de vida: nuestras formas de vida. Sin que seamos conscientes de ello, en el origen de muchos de nuestros estados de ánimo, expectativas y renuncias se encuentran los mensajes que estas nos transmiten. Las imágenes son, por lo tanto, dispositivos de poder, herramientas que generan mecanismos de autoridad, fundamentalmente en nosotras mismas.
Haciéndonos cargo de este poder, hemos partido del concepto de soberanía alimentaria para llevarlo hacia el consumo de imágenes: si la soberanía alimentaria consiste en el derecho a decidir cómo nos alimentamos, la soberanía visual consiste en el derecho a decidir nuestro propio sistema de consumo de productos visuales.
A partir de los conceptos de consciencia, autogestión y autocuidado visual, así como lo que hemos denominado «semiótica interseccional», atendiendo de manera explícita a los ejes de género, raza y clase, este libro constituye una guía para aprender a autogestionar las imágenes que consumimos, en definitiva, para que seamos nosotras las que decidamos sobre las imágenes y que no sean ellas las que decidan por nosotras.