En unas páginas llenas de imágenes inolvidables, Micheline Aharonian Marcom evoca los chismes de.l hamam, el aroma de la mermelada de pétalos de rosa o el frío metálico del miedo. Su novela es una elegía de los últimos días del orientalismo y un elegante recuerdo de las víctimas del primer genocidio del siglo XX. La novela se desarrolla entre 1915 y 1917, los años de la campaña del gobierno turco otomano, de indescriptible brutalidad, que tuvo como resultado la muerte de más de un millón de armenios. En una sucesión de capítulos que poseen la intensidad y brevedad de la poesía, Marcom nos presenta las historias de Anaguil, una chica armenia recogida por unos ve vecinos turcos tras la muerte de sus padres, que ahora ve lo que queda de su mundo tras un velo musulmán; Sargis, un poeta escondido en el desván de su madre, vestido de mujer y volviéndose progresivamente loco; Lucine, una criada y amante del cónsul norteamericano, vilipendiada por los habitantes de su pueblo a causa de los privilegios ilusorios que disfruta; Maritsa, una esposa musulmana llena de rabia que se convierte en prostituta mientras su marido está en el frente, y Dickran, un bebé abandonado debajo de un árbol en el largo éxodo desde un pueblo armenio, que len¡vanta las manitas para tocar las estrellas y muere sin que su nombre quede registrado. A través de esas vidas, contemplamos el desvanecimientos de un pueblo.