Para envío
Soy una mujer de casi cuarenta años que querría existir en el mundo sin preocuparse constantemente por las violencias de género y sexuales de las que mis amigas, mis hijas o yo misma podríamos ser víctimas. He visto los cambios que ha traído la campaña del #MeToo y veo también la reacción que intenta devolver a las mujeres a su posición de segundo sexo. Cuando descubro los terribles crímenes cometidos contra Gisèle Pelicot, sé que en esta historia se condensan todas las cuestiones filosóficas sobre las que he escrito y que me conciernen en lo tocante a las relaciones entre mujeres y hombres: la sumisión, el consentimiento y las injusticias de género en la sexualidad heterosexual. Dudé de si ir al juicio de Mazan, pero me di cuenta de que debía escribir sobre mi experiencia en él como filósofa y mujer, dar a conocer mis reflexiones al respecto. Tenía que responder a la pregunta que me persigue: ¿se puede vivir con los hombres?.