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La casa de la fuerza nos habla sobre cómo «el amor fracasa, la inteligencia fracasa, y nos destrozamos los unos a los otros, por cobardía, y humillamos y somos humillados hasta el final», según la autora. Es una descarnada reflexión sobre la condición de la mujer en este siglo XXI y sobre el machismo cotidiano. Y en concreto, sobre los asesinatos y violaciones de niñas y mujeres que aún hoy tienen lugar en Ciudad Juárez (México). Todo ello dentro de un mundo «colorido por fuera y podrido por dentro», en palabras de Liddell.
En la lectura de La casa de la fuerza se superponen multitud de historias que están en juego al mismo tiempo: el desamor, la dominación de género, el dolor, el suicidio, la resistencia, la locura, mientras de fondo suenan rancheras, mariachis, pop y música clásica? En definitiva, una trama marcada por el dolor y por la fuerza, como una forma de llegar a la calma espiritual.