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El cuarto número de la revista Kommunist, publicado de nuevo con retraso (y firmado esta vez únicamente como Grupo de Comunistas de Izquierda, pues éstos acababan de perder la mayoría en la organización regional del partido en Moscú), fue el último en aparecer, justo antes de que el recrudecimiento de la Guerra Civil y las crecientes dificultades impusieran un cierre de filas en el partido bolchevique, que no volvió a tener que hacer frente a un desafío semejante a nivel interno hasta el surgimiento de la Oposición Obrera en 1920, con la guerra ya prácticamente terminada. En este último número continúan por tanto las críticas a la orientación que Lenin estaba dando al partido y a la política soviética, a sus vacilaciones y reculadas. Y junto a estos artículos de crítica, aparecen otros informando de la vida del partido y la actividad de los comunistas de izquierda, que aún conservaban por aquellas fechas un fuerte apoyo en algunas regiones industriales (los Urales o Ivanovo-Voznesensk), ciudades (Yaroslavl) y barrios (Basmanny, en Moscú).