Para envío
Tras ocho años sin novedades editoriales, Simon Reynolds vuelve con una celebración de la música que parece anticipar el futuro. Estableciendo un contrapunto con su propio "Retromanía. La adicción del pop a su propio pasado" (2011) y con "Los fantasmas de mi vida. Escritos sobre depresión, hauntología y futuros perdidos" (2013) de su camarada bloguero Mark Fisher, en esta compilación de artículos Reynolds insiste en librar una guerra contra la cultura retro. Solo que al desesperanzado diagnóstico vinculado a la desaceleración de la innovación en la primera década del siglo XXI opone una mirada actualizada y más optimista sobre la capacidad de la música popular para continuar reinventándose. "Si bien lo retro sigue siendo prominente, ya no es dominante", dice, y esto permite que su ingenio crítico pueda detectar aquí y allá nuevos territorios acústicos en los que adentrarnos con perplejidad.