Escrita como un flujo de consciencia que recuerda la mejor tradición de la literatura moderna -Virgina Woolf, Nathalie Sarraute- cruzada con una violencia desatada poco presente en la narrativa argentina, es el relato de una pulsión sexual inagotable, de la desolación de una infancia sin respuesta, de la biografía de un cuerpo donde todo está sepultado. Narrada a través de tremendas escenas breves (madre e hija en clubes, con hombres, con whisky; pero también jugando juntas, divirtiéndose) la novela nunca se vuelve sórdida, sino al contrario: roza la poesía, y formula una poderosa interrogación sobre la condición humana, sobre el deseo, sobre los imposibles mandatos familiares.
AUTOR/A
HARWICZ, ARIANA
<P style="MARGIN: 0cm 0cm 8pt" class=MsoNormal><FONT face=Calibri>Estoy sumergida en Montaigne, en la conversión de su lenguaje en reflexión sobre la muerte y el aprender a morir, en la conversión del ensayo en novela y viceversa. Estoy en el <SPAN style="mso-bidi-font-family: Calibri; mso-bidi-theme-font: minor-latin">«</SPAN>Sermón sobre la muerte<SPAN style="mso-bidi-font-family: Calibri; mso-bidi-theme-font: minor-latin">»</SPAN> de Bossuet, en sus oraciones fúnebres y bellas, en la felicidad de Albert Camus y <I style="mso-bidi-font-style: normal">Noces à Tipasa</i>, en Rousseau. Por las noches me pongo el casco y el traje ruso estalinista, el fusil y bajo a las bóvedas a ver. Estoy escribiendo <I style="mso-bidi-font-style: normal">Racista</i>, por ahora solo me preocupa aprender a tirar.<?xml:namespace prefix = o ns = "urn:schemas-microsoft-com:office:office" /><o:p></o:p></FONT><br><br><P style="MARGIN: 0cm 0cm 8pt" class=MsoNormal><FONT face=Calibri>[Así era Ariana Harwicz el día 1 de junio del año 2016 a las 19.20h.]<o:p></o:p></FONT><br><br>