La vida instrucciones de uso fue considerada desde su aparición una obra maestra, y con los años su importancia no ha dejado de crecer. Así, este monumento literario inclasificable del que se ha dicho que es un compendio tan enciclopédico como la Comedia de Dante o los Cuentos de Canterbury de Chaucer, y, por su ruptura con la tradición, tan estimulante como el Ulises de Joyce fue galardonado como la mejor novela de la década 1975-1985 en la encuesta realizada por Le Monde, y, cuarenta años después de ver la luz por vez primera, sigue deslumbrando a nuevas generaciones de lectores por su creatividad inusitada, su lúdica inteligencia, su alianza, tan inhabitual como triunfante, de sofisticación formal puntera y genuina capacidad adictiva.Entre la primera idea de la novela y su realización transcurrieron nueve años. Perec hablaba así de su proyecto: «Me imagino un edificio parisino al que se ha quitado la fachada... de modo que, desde la planta baja a la buhardilla, todos los aposentos que se hallan en la parte anterior del edificio sean inmediata y simultáneamente visibles.» En otra ocasión afirmaba que «todo
AUTOR/A
PEREC, GEORGES
Georges Perec nació en París en 1938 y falleció en 1982. Sociólogo de formación, colaborador de numerosas revistas literarias, obtuvo el premio Renaudot con su primera novela, Las cosas. Personalidad ecléctica, fue ensayista, documentalista en neurofisiología, dramaturgo, guionista de cine, poeta, experto en acrósticos, crucigramas, lipogramas y anagramas, traductor y last but not least miembro fundamental del OuLiPo (Ouvroir de Littérature Potentielle), fundado por Raymond Queneau y el matemático François Le Lionnais. Su obra monumental La vida instrucciones de uso ganó el premio Médicis en 1978, y confirmó que Georges Perec, «el oficiante de las Mil y una noches de nuestros días» (Gilbert Lascault), era «una de las personalidades literarias más singulares del mundo, un escritor radicalmente distinto a cualquier otro» (Italo Calvino).













