Todo empieza cuando cuatro libertinos se reúnen y formulan un plan para ocupar 120 jornadas en los más inimaginables excesos sexuales, para lo cual redactan un código que ordenará el gran desorden carnal de cada una de sus largas sesiones de desenfreno.Lo que sigue es la descripción fría, casi científica, de todo cuanto la fantasía erótica del ser humano se niega a imaginar por temor precisamente a dejarse arrastrar por lo que estos cuatro libertinos parecen no tener inconveniente alguno en practicar. Nos adentramos con ellos en el dominio absoluto del Mal, con todos sus sistemáticos, meticulosos e implacables rituales. Este es un territorio en el que han desaparecido todos los límites que impone cualquier moral. En ello radica a la vez su máxima atracción y el brutal rechazo que inspira. A quienes no se sientan con fuerza suficiente para dejarse deslizar hacia estas infernales simas del alma, aconsejamos que reflexionen antes de emprender la lectura de esta novela, tal vez la más transgresora de la historia de la narrativa erótica mundial.
AUTOR/A
SADE, MARQUÉS DE
Donatien-Alphonse-François de Sade (París, 1740-Charenton,<BR><BR>1814) nació en el seno de una familia aristócrata. En 1768 se convirtió ya en<BR><BR>leyenda por sus escandalosas y truculentas fiestas en el tristemente célebre<BR><BR>castillo de Arcueil. Le tocó en suerte vivir una<BR><BR>época de cambios radicales en la Francia de la Revolución y del Terror, aunque<BR><BR>pasó la mayor parte de su existencia recluido en cárceles y manicomios. Todas<BR><BR>sus obras están impregnadas de una filosofía libertina que propugna la libertad<BR><BR>absoluta, al margen de cualquier religión, ley o moral. En 1988, Tusquets Editores inició<BR><BR>la publicación de las obras eróticas de Sade a partir de la edición francesa<BR><BR>definitiva. A La filosofía en el tocador (La Sonrisa Vertical<BR><BR>59) le siguieron Las 120 jornadas de Sodoma (La Sonrisa Vertical<BR><BR>75), Justine o Los infortunios de la virtud (La Sonrisa Vertical<BR><BR>88) y, ahora, Juliette o Las prosperidades del vicio.