La poeta Luna Miguel selecciona en este Poesía Portátil los mejores versos de la mejor y más querida poeta italiana del siglo XX: Alda Merini. Nadie ha sido capaz como Alda Merini de ahondar en el amor y la pasión desde una visión tan cruda de su anverso: el dolor y la locura, la muerte y el abandono. Considerada una de las últimas poetas místicas, su genio poético despertó temprano, a la par que empezó a ser sometida contra su voluntad a ingresos en centros psiquiátricos. De estos episodios nacieron algunos de los versos más conmovedores de la poesía italiana moderna, escritos por una mujer que se convirtió en emblema de marginados y artistas, vagabundos e intelectuales. Querida por todos, comprendida por nadie, su poesía resurge ahora en la colección «Poesía Portátil», una selección cuidada y vibrante que invita a descubrir la grandeza de una de las autoras que mejor han sabido transformar el sufrimiento en belleza.
AUTOR/A
MERINI, ALDA
Nacida en Milán en 1931 comienza a escribir muy pronto. Gracias al aprecio de amigos y escritores -entre los cuales se hallaban Giorgio Manganelli, David Maria Turoldo, Maria Corti, Luciano Erba-, algunos de sus poemas aparecen en Antología de la poesía italiana 1909-1949, publicada en 1950 al cuidado de Giacinto Spagnoletti. Cuando publicó su primer libro, La presenza di Orfeo (1953), la respuesta de la crítica y de los poetas más importantes del momento fue unánime: Oreste Macrí, Salvatore Quasimodo, Giovanni Raboni o Pier Paolo Pasolini, entre otros, la saludaron con entusiasmo. Libros como La tierra santa (1984), por el que recibió el premio Libex Montale en 1993, Baladas no pagadas (1995) o los tres volúmenes editados ya por Vaso Roto Ediciones dan buena muestra de la importancia de Alda Merini, que fue candidata habitual al premio Nobel de Literatura.





