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El autor señala que hay dos pesimismos teóricamente bien diferentes en el pensamiento de Adorno. Por un lado, un pesimismo ligado a su filosofía de la historia, donde proyecta retrospectivamente como características del trabajo en general algunas peculiaridades del trabajo en el capitalismo. Este pesimismo conduce a la parálisis de su teoría crítica y a las dificultades de consistencia cuestionadas por francfortianos posteriores. Adorno absolutiza la dominación social. Existe, sin embargo, un segundo ?pesimismo? adorniano, que es más adecuado llamar imposibilismo. Para Facundo N. Martín, Adorno es un imposibilista emancipador, esto es, un pensador que reformula el ideario emancipatorio de la tradición marxista para adecuarlo a las preocupaciones en torno a la diferencia, la finitud del sujeto y la puesta de límites a las pretensiones narcisistas centradas en el Yo.