Definido por María Zambrano como sabio, político y padre, Séneca fue sabio por su deseo de saber, no por erudición; político, porque participó activamente en las instancias rectoras de la Roma de su tiempo; y padre porque sus escritos generan ideas atractivas. El pensador cordobés perteneció a esa estirpe de ?intelectuales en la política? que fueron a menudo víctimas de tan difícil matrimonio. Como Cicerón, asesinado un siglo antes, el propio Séneca se vio obligado al suicidio; Boecio, 400 años después, fue condenado a muerte, al igual que sucedió a Tomás Moro en el XVI. El interés del tema abordado por el diálogo Sobre la felicidad es universal. El hombre feliz, para Séneca, es el prudente, el que acierta en sus juicios, el que los acomoda a la naturaleza de las cosas y de sí mismo.
AUTOR/A
SÉNECA
Lucio Anneo Séneca (4 a.C. - 65) fue un escritor, filósofo, político y orador romano, además de ministro, tutor y consejero del emperador Nerón, y obtuvo un gran prestigio como senador en la época imperial. Como pensador e intelectual ha pasado a la historia como la figura predominante del estoicismo y el moralismo romano, e influyó notablemente en el Humanismo y demás corrientes renacentistas, en autores como Erasmo de Rotterdam, Calvino o Montaigne, entre otros. La obra de Séneca se inscribe en cuatro tipologías: los diálogos morales, las cartas, las tragedias (como Medea, Fedra, Las fenicias o Edipo) y los epigramas. Ha sido uno de los pensadores más influyentes de todos los tiempos y su obra ha sido encumbrada por los intelectuales occidentales más reconocidos.