?Venezuela? afirma Carlos Blanco ?no es el país rico, bendecido por Dios, heredero de Bolívar, con un pueblo virtuoso y merecedor de destinos que la Providencia le reserva. Venezuela es, en realidad, un país de mediana significación internacional, dotado de recursos naturales cuya renta ha despilfarrado, con clases sociales opulentas y pobres que en gran medida son copartícipes de la ilusión de la riqueza súbita. La revolución chavista fue la oferta que encandiló a un país que, sin esfuerzo propio, iba a brotar próspero, libre, igualitario, de la gesta del redentor a caballo. No se logró el propósito, las esperanzas se desvanecieron. La desilusión volvió a habitar el país que se enamoró de sus fantasías. Nada pudo suplir lo que otros pueblos ya descubrieron: que las grandes ideas se labran todos los días, que la solución de los males no reside en el gobierno, sino en la calle, entre la gente, en las manos y voluntades de los ciudadanos, que no hay atajos para la felicidad, aunque sí para la desgracia?. El chavismo tiene hoy como su marca de fábrica el haber disuelto en la nada el mayor apoyo político que caudillo o gobierno alguno hayan recibido en la historia de Venezuela. Este libro de Carlos Blanco es un breviario inmejorable sobre el modo mediante el cual un sector de la izquierda más tradicionalista dilapidó un inmenso capital político y contribuyó a forjar un régimen reaccionario que privilegia lo retórico sobre lo efectivo y lo militar sobre lo cívico.
AUTOR/A
BLANCO, CARLOS A.
Analista político y profesor de política exterior de la Universidad de Boston.