El 19 de junio de 1762 el Petit Conseil de Ginebra condenaba dos obras aparecidas ese mismo año, el "Emilio" y "El Contrato Social", debidas a la pluma de Jean-Jacques Rousseau. Se las consideraba "temerarias, escandalosas, impías, tendientes a destruir la religión cristiana y todos los gobiernos", y de ahí la implacable sentencia: debían ser "laceradas y quemadas".
Cuando Rousseau entró en la disputa mediante estas "Cartas" que aquí se publican, lo hizo atacando la situación política ginebrina y el despliegue de la facción conservadora. Estas Cartas escritas desde la Montaña constituyen, pues, la contribución de Rousseau a la polémica intelectual y política desatada en tal oportunidad.
El discurso de Rousseau pasa progresivamente de su autodefensa personal a la defensa de todos los ciudadanos frente a las intrigas e intereses de su órgano de gobierno. El texto permite además visualizar claramente el ideario religioso y político del gran ginebrino.
CARTAS ESCRITAS DESDE LA MONTAÑA
AUTOR/A
ROUSSEAU, JEAN-JACQUES
Jean-Jacques Rousseau (Ginebra, Suiza, 28 de junio de 1712 - Ermenonville, Francia, 2 de julio de 1778) fue un escritor, filósofo y músico franco-helvético definido como un ilustrado; a pesar de las profundas contradicciones que lo separaron de los principales representantes de la Ilustración.<BR><BR>Las ideas políticas de Rousseau influyeron en gran medida en la Revolución francesa, el desarrollo de las teorías republicanas y el crecimiento del nacionalismo. Su herencia de pensador radical y revolucionario está probablemente mejor expresada en sus dos más célebres frases, una contenida en El contrato social: «El hombre nace libre, pero en todos lados está encadenado»; la otra, contenida en su Emilio, o De la educación: «El hombre es bueno por naturaleza», de ahí su idea de la posibilidad de una educación.<BR><BR>Wikipedia