DESEO, CAPITALISMO Y ESQUIZOFRENIA PARA UN SINDICALISMO DE LA VIDA.
Raúl Sánchez Cedillo. Es traductor y militante de proyectos como la Universidad Nómada y la Fundación de los Comunes.
“La máquina deseante no es una metáfora”. Con esta sentencia resumen Deleuze y Guattari en su obra el Anti-Edipo la idea de máquina. Las máquinas se relacionan con flujos materiales continuos, encierra en si misma un cógico, en su quehacer se encuentran el corte y territorialización del deseo.
La máquina capitalista toma de esos flujos descodificados de dinero, de trabajo y les introduce una nueva dimensión maquínica. El capitalismo -recuerda Deleuze en sus lecciones-, es una máquina axiomática, de producción de verdad, es así como logra ser un sistema coherente.
Sin embargo, la máquina capitalista produce restos y necesita flujos descodificados desde donde seguir imprimando su negativo mercantilista. También el ser humano es segmentario y desde esa segmentariedad se pueden entender los procesos molares y moleculares que nos atraviesan.
En esta sesión nos centraremos en las ideas de micropolítica como espacio de lo molecular, como el lugar desde donde se establecen las líneas de fuga desde donde se deben atravesar y modificar las “grandes organizaciones molares” y sus distribuciones binarias (clase, sexo, partidos).