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España abolió oficialmente la trata de esclavos en 1820, pero su erradicación definitiva tardaría más de cincuenta años. Un intrincado sistema de traficantes de esclavos, dueños de plantaciones, inversores e instituciones públicas lograron introducir a más de 700.000 hombres y mujeres, niñas y niños africanos en Cuba, la colonia más importante que le quedaba a un imperio en declive, entre 1800 y 1870. El comercio de esclavos fue rentable hasta el último día, y su abolición y erradicación sólo pueden explicarse de manera convincente como consecuencia de un proceso complejo y fragmentado. Desde los primeros discursos abolicionistas de Isidoro de Antillón, José María Blanco-White, Miguel Guridi y Argüelles en las décadas de 1800 y 1810, hasta la poesía antiesclavista de Concepción Arenal en la segunda mitad de la década de 1860, las ideas contra la trata de esclavos y la esclavitud adoptaron múltiples formas y fueron defendidas por personas liberales y absolutistas, progresistas y conservadoras, defensoras de las igualdad y racistas. Este libro examina los procesos de producción, circulación y recepción de las