El abogado y activista trans de Seattle (EEUU) Dean Spade, creador de una red de apoyo jurídico en Nueva York, ha explicado a Efe que en su país “también existen algunas feministas que están en contra de la autodeterminación de género” de las personas 'queer', y en este sentido ha dicho: “Es triste que algunas feministas no hayan entendido nada”.
Spade, que ha visitado Barcelona por primera vez para presentar sus libros en catalán y castellano, ha defendido que para ser mujer o para ser hombre “simplemente basta con identificarte con ello”.
“Nadie tiene qué decirte qué eres. Yo no creo en que tengamos que dejar que el gobierno nos autorice a ello. No creo en luchar por que en nuestros documentos identificativos diga qué somos. Creo que habría que eliminar esos documentos, solo sirven para oprimir a la población inmigrante”, ha defendido.
Más allá, ha dicho que “en EEUU también hay feministas tránsfobas” lo que le parece “triste” porque “ellas, a través del feminismo, ya deberían saber que el género es una construcción social y que está pensado para explotar a una parte de la población”.
En “Una vida 'normal'” (Bellaterra Edicions), sobre violencia administrativa, política trans y los límites del derecho, Spade defiende que las comunidades trans y “queer” deberían huir del camino que emprendieron en su día gays y lesbianas “de buscar la igualdad de derechos”.
“Las narrativas de derechos reafirman las existentes estructuras de poder. Que te reconozcan derechos implica el pensamiento perverso de que igual no los mereces”, reflexiona.
“Además, los derechos luego están vacíos. Solo sirven para que el Gobierno parezca un ente que imparte justicia y, si te va mal, que parezca que es tu culpa. Pero los derechos por sí solos sin ser efectivos no son más que una ilusión”, añade el profesor de la facultad de Derecho de Seattle.
Así, Spade cree que, más que hacer extensivo el “sistema” a los trans, “deberíamos desmantelar el sistema, crear otro nuevo”.
“No queremos poder casarnos, poder ser policías, poder ir al ejército, no queremos perpetuar el sistema que oprime de tantas formas distintas”, ha añadido.
Muy crítico con la ineficacia del Estado a la hora de atender las necesidades de la población, especialmente los vulnerables, como los trans, Dean Spade apuesta por que los motores de cambio sean los movimientos sociales y “la transformación sea de abajo arriba, porque la de arriba abajo no funciona, solo beneficia a las élites”.
El activista fundó en 2002 el Sylvia Rivera Law Project, un colectivo jurídico sin ánimo de lucro que proporciona servicios legales a personas trans, intersexuales y con disconformidad de género que tienen rentas bajas y/o son personas racializadas, y que opera siguiendo un modelo de gestión colectiva.
Sobre estos temas, ha publicado “Apoyo mutuo. Construir solidaridad en sociedades en crisis” (Traficantes de sueños).
Por otro lado, a propósito del aumento de los discursos de “odio” y los autoritarismos, el jurista señala que “se está viviendo un momento muy malo para los trans y 'queer”.
“La vida humana está amenazada por el cambio climático y en sociedades como EEUU hay problemas enormes de acceso a la vivienda, una persecución policial abrumadora, además de sobrepoblación carcelaria y movimientos fascistas y conservadores que van contra las minorías”, apunta.
“Son fenómenos que afectan a muchos colectivos pero de forma distinta a los trans, pues la mayoría no tiene sus necesidades básicas cubiertas”, defiende.
Dean Spade (Virginia, 1977), que tuvo que ayudar a su madre a limpiar casas para sobrevivir con nueve años, y que poco después pasó por dos casas de acogida diferentes antes de destacar en el ámbito académico y licenciarse en Derecho en la Universidad de Columbia, señala que “la transformación del sistema que se lleve a cabo desde la base” debe pasar por “la redistribución de la riqueza”.