Historia, revueltas y conciencia política.
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Pablo Sánchez León
Investigador Distinguido en el Instituto de Historia Social “Valentín de Foronda” de la Universidad del País Vasco en Gasteiz.
Sus investigaciones giran en torno de conflictos sociales y políticos en la historia de España de la Edad Media a la actualidad, desde perspectivas comparadas y en diálogo entre ciencias sociales y humanidades: sociología histórica, microeconomía, antropología, y más recientemente historia de los conceptos y del pensamiento político, social y económico, con un interés en la renovación de perspectivas teóricas sobre identidad, acción colectiva, lenguaje, así como temporalidad y memoria. Se interesa también sobre la elaboración de marcos narrativos alternativos acerca de la modernización y el pasado traumático.
Es autor de De plebe a pueblo. La participación política popular y el imaginario de la democracia en España, 1766-1868 (Manresa, Bellaterra edicions, 2021; con versión anterior en inglés en Palgrave-Macmillan, 2020). También ha coeditado (con Benita Herreros) el volumen colectivo Resistance in the Iberian Worlds from the Fifteenth to the Nineteenth Centuries. Dissent and Disobedience from Within (Palgrave-MacMillan, 2024) y pronto se publicará otro volumen colectivo (coeditado con Agustín Cosovschi) titulado, European Perspectives on Transition: A Comparative and Transnational Approach to an Axial Political and Social Concept (Berhahn Books, 2025).
Actualmente dirige el proyecto del programa ATRAE financiado por el Ministerio de Ciencia español, titulado: "Atravesando la decadencia: temporalidad, agencia y reformas en los imperios portugués, hispánico, austro-húngaro y otomano, 1700s-1900s". También coordina (con Pedro Cardim) la red internacional de estudios Rioting! Early Modern Revolts in the Iberian Worlds, que acoge varias decenas de investigadores ibéricos y latinoamericano.
Es director de Postmetropolis editorial (www.postmetropolis.com) y co-editor (con Enrique Mastu) del blog “El león dormido… despierta”, en el diario El Salto.
Ateneo La Maliciosa y también ON-LINE
La obre de Thompson dista mucho de ser un simple ejercicio de erudición, su objetivo es situar al pueblo en el centro de la escena política. La revuelta, el motín y hasta la cacerolada como forma de expresión de una cultura propia común y arraigada, un imaginario político radical que hizo posible componer el sentido de sus levantamientos. En esta sesión entraremos en esta cuestión a partir de las reflexiones de Pablo Sñanchez León, uno de los historiadores españoles que con mayor acierto han descifrado esta cultura común y de la revuelta para entenderla desde nuestros propios movimientos de lucha actuales. Así lo describe en su libro "La formación histŕocia de la cacerolada"
"La cacerolada, forma de protesta extensamente utilizada en diferentes países en la actualidad, tienen su origen histórico en lo que se conoce como Charivari en Francia y Rough music en Inglaterra, ritual carnavalesco consistente en un estallido sonoro realizado con ollas y cazos con la intención de señalar y reprobar una transgresión de las normas establecidas.
El estudio de las causas que propiciaban estos charivaris a lo largo de los siglos XVI, XVII, XVIII y XIX es el objeto de discusión en el intercambio epistolar los historiadores Natalie Zemon Davis y E.P. Thompson mantuvieron entre 1970 y 1972 y que ofrecemos en este volumen.
Junto a la correspondencia, se incluyen los textos de ambos historiadores que en ella se debaten, artículos ya clásicos de la historiografía del siglo XX (uno de ellos, de E.P. Thompson, inédito en castellano) que nos ofrecen un exhaustivo estudio sobre la función social y la morfología de estos rituales que han trascendido hasta nuestros días como vehículo de protesta popular.
"No es extraño que la cacerolada y la licencia carnavalesca para escarnecer también pudieran volverse contra las autoridades políticas, y con el cambio de composición social y de edad de las abadías urbanas a veces así ocurría. Aquellos jueces de mal gobierno, aquella compañía de príncipes, patriarcas y obispos, eran más dados que el joven abad de pueblo a dirigir sus dardos contra los poderosos. Lo que se criticaba no era el desorden doméstico de las familias gobernantes, sino más bien su mal gobierno político. Y este era un cauce importante para las críticas en aquellas ciudades oligárquicas, donde incluso los artesanos y mercaderes acomodados tenían pocas oportunidades (suponiendo que tuvieran alguna) de tomar decisiones políticas."