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¿Puede perdurar el capitalismo global? La pregunta se ha vuelto acuciante en un mundo asolado por la incertidumbre económica, los estallidos bélicos y la crisis ecológica. La respuesta de Robinson es aparentemente poco optimista. El capitalismo ha entrado en una crisis estructural para la que no hay visos de que encuentre una solución sencilla, no al menos al modo de las crisis anteriores a las que siguió un nuevo ciclo de crecimiento y expansión. Algunos factores importantes parecen impedir, o al menos limitar, los efectos de estas posibles recuperaciones. Estos tienen que ver con la tendencia de larga data a la caída de la tasa de beneficio, una productividad con incrementos decrecientes y una desigualdad excesiva, que redunda en los problemas de realización del capital. Igualmente, la digitalización y la financiarización, convertidos en los dos grandes motores de la actual economía política, parecen ser tanto causas como agravantes de estos problemas. La creciente crisis de legitimidad y de hegemonía de las clases dominantes apunta además a una caída generalizada de las capacidades del Estado para gobernar la crisis. Y por si esto fuera poco, la devastadora crisis ecológica ha puesto a la humanidad, en su conjunto, ante una disyuntiva en la que se determina su propia supervivencia.
En definitiva, a la pregunta ¿Puede perdurar el capitalismo global?, Robinson responde señalando las principales dificultades en la reproducción del sistema. En el marco de su propia teoría sobre el capitalismo global, de la que este libro es su mejor resumen, queda descartada igualmente cualquier «salida nacional» o soberanista a la crisis. De hecho, la única posibilidad parece descansar en la articulación de nuevas alianzas de clase dirigidas a superar el capitalismo desde abajo. A esa posibilidad apuesta el trabajo analítico de Robinson.