Itinerario basado en el texto “Gentrificación es lucha de clases”: Fronteras y conflictividad en el espacio urbano actual de Jose Mansilla Marc Morell y Maribel Egizabal.
Han pasado ya más de cuatro décadas desde que Henri Lefebvre (1972) {ver libro} señaló cómo la urbanización, que hasta aquel entonces parecía que únicamente acompañaba a la dinámica industrializadora, empezaba a sustituirla como determinante de los procesos sociales. Éstos, a su vez, pronto se postularían fundamentales para entender las formas de apropiación espacial existentes (Harvey 1992) {ver libro} y el fraccionamiento espacial propio de las clases sociales (Castells 1974) {ver libro}. Buena prueba de esta preeminencia de la urbanización en las pasadas décadas la hallamos en su financiarización, encontrando buenos ejemplos de ello para el caso del estado español en los trabajos de autores como López y Rodríguez (2010){ver libro}.
Dichos procesos, mirados desde la condición de clase, han generado una nueve geografía que maneja sus propias fronteras urbanas (Smith 1996) {ver libro} y que nos hace pensar en un devenir rebelde de las mismas (Harvey 2012) {ver libro}. Es central entender estas transformaciones para pensar las prácticas del futuro.
También, es perceptible la coincidencia que supone, por un lado, la prevalencia de esta economía del ladrillo y, por otro, el abandono de toda conflictividad inherente a lo urbano por parte de las ciencias sociales (Delgado 2011) {ver libro}. El acercamiento al estudios de estas prácticas ha quedado fuera de la academia, y han sido colectivos arraigados a las prácticas de luchas metropolitanas los que se han intentado abordar, desde sus conocimientos locales, las consecuencias de estos procesos devastadores en sus territorios. {ver libro}