Para envío
La globalización, el multiculturalismo o el pluralismo, ya no son nada nuevo. Desde hace décadas vivimos en un mundo interconectado, cuyos referentes e ideales son cada vez más comunes y menos locales. Así, los grandes discursos ocupan el espacio de los más cercanos, pero no de una manera homogénea: determinadas narraciones, por provenir de determinados contextos, se imponen como normativos a escala global. Ante esta situación, Grüner propone una operación en cuatro movimientos: reconstruir una teoría crítica de la cultura que describa el modo en que esta actúa como un instrumento de control de masas; inscribir los estudios culturales y la teoría poscolonial en una perspectiva histórica que permita alcanzar un análisis integrador; dotar a los estudios culturales de fundamentos filosóficos consistentes que permitan sortear las trampas evanescentes de la mera filosofía post; y, por último, recuperar una concepción trágico-poética y política de la experiencia histórica, social y subjetiva.