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Crecimiento y decrecimiento son dos utopías, pero la más utópica de las dos no es la segunda... Todo nuestro sistema económico se basa en la idea de crecimiento. Para invertir, para desarrollar, para luchar contra el desempleo, para pagar la deuda, para mejorar nuestras condiciones de vida... todavía necesitamos crecimiento, siempre crecimiento Pero, ¿cómo ôcrecerö indefinidamente en un mundo finito? ¿Cuando se agoten todos los recursos naturales? ¿Y si la idea de crecimiento fuera solo una creencia entre otras? Serge Latouche deconstruye metódicamente una ideología que es solo una hipoteca sobre el futuro. Nos recuerda que, por el contrario, ¡el proyecto de decrecimiento no es un regreso a la Edad de Piedra! Al cuestionar el productivismo y la filosofía del Homo oeconomicus, pretende establecer las condiciones para un cambio profundo en nuestro sistema de valores.