Este texto colectivo aborda desde distintos territorios y ángulos el reparto colonial acontecido en 1906 en la Conferencia Internacional de Algeciras. Tras un largo forcejeo entre las potencias europeas agrupadas en torno a la Entente cordial formada por Gran Bretaña y Francia, y, por otra parte, el Imperio alemán, por el establecimiento de un régimen de puertas abiertas en Marruecos, se impuso el triunfo de las tesis francesas, con el apoyo inglés y español. Los marroquíes, que deseaban una modernización del sultanato, asistieron como convidados de piedra a este auténtico banquete colonial, en el que su país constituyó el menú. La opinión pública española asistió al reparto de Marruecos con una mezcla de entusiasmo y escepticismo, mas del segundo que del primero, dado que se confiaba poco en las posibilidades de España a la hora de contribuir a modernizar al país vecino. El futuro de Marruecos para el siguiente medio siglo, y quizás para más, quedó sellado en la citada reunión de Algeciras.