A veces la gracia consiste en no saber, en dejarse confundir por elaboraciones mentirosas que, a su manera, consignen lo real. Percival Everett, autor de una veintena de libros inexplicable y milagrosamente inéditos en español hasta ahora, ha escrito una novela narrada por Thelonious «Monk» Ellison; novela, que no autobiografía encubierta, por más que Ellison, al igual que Everett, sea un académico con sentido del humor, aficionado a la pesca con mosca, novelista experimental y negro. Aunque no lo bastante negro. Prueba de ello es que la crítica, siempre tan perspicaz, no encuentra el vínculo entre la reescritura de Los Persas de Esquilo que Monk ha firmado y la auténtica experiencia afroamericana sobre la que se supone debería escribir.
Entretanto, la escritora Juanita Mae Jenkins se hace millonaria con una novelita (inspirada por los dos días que pasó con unos familiares pobres) tan realista como el estereotipo de la miseria y la negritud del que Monk huye con horror, pero que, tras recibir diecisiete cartas rechazando su último manuscrito, acaba satirizando. Claro que la buena (mala) conciencia de la industria editorial a veces no entiende de ironías. No hablemos ya de los lectores, la televisión o la academia, porque en esta (anti)novela, que llamamos así por la dificultad de recrear la incertidumbre y el asombro, no queda títere con cabeza.
Cambie de país, sustituya a los negros por el colectivo de turno y verá que América no queda tan lejos. Sin embargo, las comparaciones son sobre todo inútiles, y X no trata de la raza, el género, la construcción de la identidad y la familia, a la que a veces uno no conoce hasta que la pierde, sino que da cuenta, convertida en su propia metáfora, de lo que un artista puede conseguir a pesar de la cultura en la que se inscribe. Contra ella.
X
AUTOR/A
EVERETT, PERCIVAL
Escritor satírico y profesor universitario, poeta y fingidor, artífice de unos cuantos relatos, un libro ilustrado para niños, algún poemario y más de quince novelas que revientan el género y lo convierten en autor «degenerado», Percival Everett nació en 1956 en Georgia (EE.UU.) y creció en Columbia, donde su padre tenía una consulta dental. Licenciado en filosofía por la Universidad de Miami, donde leyó con provecho a Wittgenstein, cursó luego un máster de escritura creativa en la Universidad de Brown. En 1983 publicó Suder, su primera novela.<BR><BR>Duerme poco y, tal vez por ello, desde entonces ha seguido escribiendo un volumen cada año y medio sin abandonar la enseñanza. Actualmente dirige, además, el prestigioso Departamento de Estudios Literarios de la Southern California University. Aun así, no parece profeta en su tierra, quizá porque su obra, que podría calificarse de moderna y postmoderna al mismo tiempo, le devuelve a esa tierra una imagen rota. De todos modos, hablar de la narrativa de Everett como un conjunto es endilgarle al autor una identidad que quizá sea, precisamente, lo que dicho conjunto, de existir más allá de la enumeración, estaría contestando, aquello que podría darle unidad.<BR><BR>En países como Inglaterra, Francia e Italia, que a buen seguro no querrán reconocerse en el mismo espejo hecho añicos, la obra de Everett se publica e incluso se lee desde hace varios años.<BR><BR>Como sin duda reconocerán sus lectores, puede que sólo un bebé mudo con un coeficiente intelectual de 475, como el narrador de Glyph (parodia del postestructuralismo y su inadvertido humor) tenga palabras para describir la genialidad de la narrativa de Everett.<BR><BR>Editorial Blackie books