Portia Poitier era una mujer preclara. No solo llamó
No Soy Sidney a su hijo cuando nada permitía aún
vislumbrar el asombroso parecido que el bebé iba
a tener con Sidney Poitier, el guapo y célebre actor
afroamericano. También compró acciones de la otrora
desconocida Turner Broadcasting Corporation en
número suficiente para hacer de No Soy Sidney un
hombre riquísimo. Algo que lo ayudará, sin duda, a
la hora de enfrentarse a la marginación, a las burlas
y a los acosos de todo tipo a las que lo exponen su
estrafalario nombre y su color de piel.
No Soy Sidney Poitier fue concebido sin la
intervención de ningún varón, y nació después de
veinticuatro meses de embarazo histérico. Porque
todo cabe en esta novela de formación, que trae el
recuerdo de la Vida y opiniones de Tristram Shandy,
de Lawrence Sterne, pero también del Cándido de
Voltaire y, cómo no, de las aventuras del Quijote.
El absurdo parece aquí la única forma de enfrentar
un mundo que siempre lo es mucho más. Un tal
Percival Everett aparece en estas páginas convertido
en profesor de filosofía del sinsentido, que, por eso
mismo, no tiene ningún consejo que dar.
En una América supuestamente posracial y sin
clases ?aunque sea simplemente porque nadie
distingue a un negro de otro, a un marginal de un
pobre?, No Soy Sidney Poitier reflexiona sobre el
vicio de definir a las personas por lo que no son, y
tiene la virtud eminentemente everettiana de mostrar
con humor tristísimo cómo la propia identidad se
construye, a veces hasta el delirio, en contra de los
demás.
NO SOY SIDNEY POITIER
AUTOR/A
EVERETT, PERCIVAL
Escritor satírico y profesor universitario, poeta y fingidor, artífice de unos cuantos relatos, un libro ilustrado para niños, algún poemario y más de quince novelas que revientan el género y lo convierten en autor «degenerado», Percival Everett nació en 1956 en Georgia (EE.UU.) y creció en Columbia, donde su padre tenía una consulta dental. Licenciado en filosofía por la Universidad de Miami, donde leyó con provecho a Wittgenstein, cursó luego un máster de escritura creativa en la Universidad de Brown. En 1983 publicó Suder, su primera novela.<BR><BR>Duerme poco y, tal vez por ello, desde entonces ha seguido escribiendo un volumen cada año y medio sin abandonar la enseñanza. Actualmente dirige, además, el prestigioso Departamento de Estudios Literarios de la Southern California University. Aun así, no parece profeta en su tierra, quizá porque su obra, que podría calificarse de moderna y postmoderna al mismo tiempo, le devuelve a esa tierra una imagen rota. De todos modos, hablar de la narrativa de Everett como un conjunto es endilgarle al autor una identidad que quizá sea, precisamente, lo que dicho conjunto, de existir más allá de la enumeración, estaría contestando, aquello que podría darle unidad.<BR><BR>En países como Inglaterra, Francia e Italia, que a buen seguro no querrán reconocerse en el mismo espejo hecho añicos, la obra de Everett se publica e incluso se lee desde hace varios años.<BR><BR>Como sin duda reconocerán sus lectores, puede que sólo un bebé mudo con un coeficiente intelectual de 475, como el narrador de Glyph (parodia del postestructuralismo y su inadvertido humor) tenga palabras para describir la genialidad de la narrativa de Everett.<BR><BR>Editorial Blackie books