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1975. Mientras Franco agonizaba, decenas de miles de civiles y soldados marroquíes camuflados entre ellos cruzaron la frontera sur del país e invadieron el Sáhara Occidental, la última colonia española. Pero no estaban solos: apenas unos meses después, la aviación del rey bombardeó a la población saharaui, que, tras la ocupación, se había visto forzada a dejar sus casas atrás y huir al desierto de Argelia. El fósforo blanco y el napalm cayeron entonces sobre el cuerpo de niños, mujeres y ancianos. Hoy. Hace varios meses que Zahra no recibe noticias de su marido. Se fue a visitar a su familia, que vive en los territorios que el Frente Polisario logró mantener libres tras la guerra, y aún no ha vuelto. No es la primera vez que no sabe nada de él durante algún tiempo (apenas hay cobertura en el desierto), pero esta vez es diferente: Suleimán se ha perdido el nacimiento del primer hijo de ambos. Así que Zahra se debate entre salir a buscar a su marido o quedarse en casa cuidando del recién nacido.