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Narrar el país del futuro en tiempo pasado puede ser, hasta cierto punto, un acto psicoanalítico. En estas crónicas aparece el Chile golpeado de ayer, ese país que pasó de la utopía al golpe; de la dictadura a la transición. Osorno, Valdivia, Temuco, Santiago, La Serena son ciudades que la escritora argentina María Moreno recorre un poco antes de las elecciones de 1970, traduciendo el mapa del viaje militante de su novio comunista. Unos años después regresa sola, en medio de la Unidad Popular, presencia la emblemática visita de Fidel, participa de las amistades solidarias que proliferaban en ese «diurno de Chile». El escritor mexicano Yuri Herrera llega por primera vez en 1997, para visitar a unos antiguos amigos, a un país que le parece «obliterado por militares, mala memoria y economistas armados hasta los dientes de Friedman; un país derrotado».
Transcurre el último quinquenio de los '90 y los colores variopintos del consenso; también el revuelo del arresto de Pinochet en Londres y las primeras chispas de Lumaco, el «Chiapas chileno».
Las consecuencias de esos episodios le parecen, en su segundo viaje, indicios de un inconsciente político activado con la revuelta estudiantil de 2011.