Kate Marsden (1859-1931) fue una enfermera que trabajó en la guerra entre Rusia y Turquía de 1878. Al acabar la guerra, se dio cuenta de las condiciones en que vivían los leprosos rusos, expulsados de sus casas y obligados a mudarse a Siberia. En 1891 viajó a Yakutsk para ver su situación con sus propios ojos y buscar unas hierbas nativas que se suponía que eran capaces de curar la enfermedad.