Charlotte Perkins Gilman firma un relato asfixiante con tintes autobiográficos, y con un mensaje aún vigente, sobre la discriminación de la mujer en la sociedad. La autora nos conduce a un descenso a la locura narrado con precisión a través de la voz de su protagonista.
Edición bilingüe.
Charlotte Perkins Gilman es considerada una de las precursoras de la ciencia ficción feminista moderna.
Su propia vida supuso una ruptura con las convenciones e ideas de lo que debía ser «lo femenino» en una mujer. En una época en la que la mujer tenía un papel supeditado al de su marido, ella no solo gozó de independencia económica gracias a su formación en diseño y a su trabajo como diseñadora de tarjetas de felicitación y publicidad, sino que consiguió ser altavoz de la revolución sufragista que tuvo lugar en su época.
El papel amarillo es el traspaso, al mundo de la ficción, de una vivencia personal.
Tras el nacimiento de su hija, en 1885, cae en una profunda depresión. Busca ayuda en un reputado neurólogo que le recomienda descanso absoluto, la prescripción de realizar "tanta vida doméstica como le fuera posible" y la prohibición de realizar actividad intelectual alguna, y mucho menos trabajar o escribir.
En la carta que publicamos en esta edición, se explica claramente qué la motivó a escribir este cuento una vez se recuperó de su enfermedad.
EL PAPEL AMARILLO
EDICIÓN
Precio: 17,00€
Agotado
Editorial:
Coleccion del libro:
Idioma:
Castellano
Número de páginas:
77
Dimensiones: 210 cm × 155 cm × 0 cm
Fecha de publicación:
2017
Materia:
ISBN:
978-84-947634-0-3
Traductor/a:
BARRASA RODRÍGUEZ, MARIA ERMITA
AUTOR/A
PERKINS GILMAN, CHARLOTTE
Charlotte Perkins Gilman (Hartford, 1860 ? 1935) fue una destacada socióloga, novelista y cuentista estadounidense, que además escribió poesía y obras de no ficción. Colaboró activamente con varias asociaciones feministas y reformistas, desarrollando una actividad como conferenciante muy activa. Se casó dos veces divorciándose de su primer marido, lo que generó una fuerte crítica social por ser algo inaceptable en la época y tuvo dos hijos. Defensora de la eutanasia para los enfermos terminales se suicidó en 1935 con una sobredosis de cloroformo, al diagnosticarle un cáncer de mama.