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Yo tenía 18 años cuando mi primera ocupación y me enamoré al ver nacer una comunidad y poder participar en ella. Pero la izquierda no es, y nunca ha sido, un campo acogedor para las mujeres, mucho menos para los afro-indígenas y los habitantes de los barrios marginales. Yo tuve la suerte de relacionarme desde un lugar que era el mío, porque la gente de las tomas es como la gente de mi familia. Esto no es una virtud, es solo una realidad que lucho por destruir, porque no quiero que la condición de privación sea nuestra mayor marca. Conozco e integro la riqueza que veo en la gente de los barrios marginales, en los ocupantes ilegales o en la periferia.? Helena Silvestre
Este libro de Helena Silvestre es una autobiografía política. Lo es al modo de un diario de sueños, haciendo tanto de la autobiografía como de la política un material onírico, totalmente real. Este libro de Helena Silvestre es una tirada de cartas como lo puede hacer quien confía seriamente en un oráculo clasista que lee en la historia de las tomas de tierras la historia de la lucha de clases que nunca se contó. Este libro de Helena Silvestre tiene su firma porque es la voz de una escritura bellísima y polifónica: es poema, es panfleto, es debate teórico, es audacia de la que se investiga a sí misma para entender los planes vivos (presentes y antiguos) de los que forma parte.
Este libro de Helena Silvestre tiene una tesis que lo atraviesa como un río: el hambre es deseo. Describe de modo tan pegado a la piel y los músculos lo que es el hambre que lo hace aullar. Relata de manera tan política la incógnita del deseo que lo convierte en materia orgánica y en secreto, en fiebre y en pesadilla. Este libro de Helena Silvestre es un tránsito que nos lleva de un lado para otro, por momentos es de día y de repente desembocamos en la madrugada. Lo que conduce esos pasadizos es la ira, verdadera fuerza y guía del viaje. Este es el tratado de una alquimista que logra poner en combustión las palabras, los espíritus y la revolución."
Verónica Gago