DE LAS CLASES PELIGROSAS AL ENEMIGO INTERIOR

CAPITALISMO, MIGRACIONES, RACISMO
Cover Image: DE LAS CLASES PELIGROSAS AL ENEMIGO INTERIOR
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Coleccion del libro: 
Idioma: 
Castellano
Número de páginas: 
398
Dimensiones: 240 cm × 150 cm × 0 cm
Fecha de publicación: 
2025
Materia: 
ISBN: 
978-84-19833-34-1

Saïd Bouamama es un sociólogo franco argelino, militante sindical y por la construcción de un «movimiento autónomo de la inmigración». En 2005, fue uno de los autores y firmantes del llamamiento «Nous sommes les indigènes de la République», que más tarde daría origen al Movimiento de los Indígenas de la República. En 2012 participó en la creación del Frente Unido de los Inmigrantes y de los Barrios Populares (FUIQP), por sus siglas en francés). Su trayectoria política, desde las luchas sindicales de los años setenta y la Marcha por la Igualdad y contra el Racismo de 1983 hasta las experiencias recientes, coloca a Bouamama en una posición excepcional a la hora de analizar la trayectoria de gestión de las migraciones y el gobierno de las poblaciones por parte del Estado francés. Es autor de más de una treintena de publicaciones, entre las cuales De las clases peligrosas al enemigo interior es seguramente su obra de mayor ambición y recorrido histórico.

Bouamama realiza en este libro un logro intelectual notable: revisa la historia de las migraciones y su gobierno en Francia desde el siglo xix. Desde las migraciones internas de bretones, auverneses y otras poblaciones de la periferia francesa a París, Lyon o Marsella, hasta las migraciones recientes de las viejas colonias francesas africanas, sin olvidar a los italianos, españoles y portugueses que desde principios del siglo XX trabajaron en la industria francesa, en todos los casos se repite una misma narrativa y un mismo modo de gobierno. Los inmigrantes son considerados por naturaleza o cultura difíciles de entender, reacios al trabajo y casi imposibles de integrar en la sociedad francesa. A pesar así del autocelebrado modelo republicano de integración, la inmigración ha sido siempre gobernada con políticas y discursos parecidos, dirigidos a mantener a esta población en los trabajos más duros, peor pagados y menos seguros.

La novedad, sin embargo, en el gobierno de los migrantes recientes es que estos han quedado fijados en una suerte de extranjería permanente. Los hijos de estos migrantes, franceses a todos los efectos, han heredado de sus padres o abuelos un estatuto social subalterno, que les impide ser considerados ciudadanos de pleno derecho. Así se manifiesta en la discriminación constante de las poblaciones descendientes de magrebíes o subsaharianos en materia de vivienda, empleo y tratamiento público. Herederos de una historia colonial, a diferencia de otras migraciones históricas, estas poblaciones han escalado posiciones en la agenda nacional, acusadas de un «comunitarismo» segregador y de ser portadores de una cultura (sobre todo en el caso de los musulmanes) inasimilable por la nación francesa. Sometidos al racismo de Estado se han convertido así en el particular enemigo interior con el que la República francesa pretende expurgar su profunda crisis social.