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El Diario de Moscú, del pensador alemán Walter Benjamin, acaba de ser reeditado en la Argentina después de años de estar inhallable o encontrarse, por casualidad o suerte, entre trastos de ropavejeros o librerías antiguas. La edición, muy cuidada, publicada por el sello Godot en su colección Exhumaciones, es una escrupulosa anotación del viaje (y acaso de la decepción) de Benjamin de su paso por la URSS entre diciembre de 1926 y febrero de 1927. Los responsables del volumen escriben en la apertura que el “Diario... representa, para nosotros, un hito como editorial”, y explican que “las vivencias reproducidas en Diario..., de hecho, surgen de la necesidad, confesada por Benjamin, de viajar a Moscú para decidir si se incorporaría o no al Partido Comunista Alemán”, motivada por su amistad con Bertolt Brecht. Benjamin nació en Berlín en 1892, estudió Filosofía en Berlín, Friburgo, Munich y Berna, y en 1920, cuando el antisemitismo ya era consistente en Alemania, se radicó en Berlín para trabajar como crítico literario, editor y traductor, además de productor de sus propios textos.