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Traducción: Javier Bassas Vila
Las ficciones emblemáticas de la modernidad literaria destruyen lo que constituía desde Aristóteles el principio mismo de la ficción: el encadenamiento de las acciones según la necesidad o la verosimilitud. Ahora bien, destruir esa racionalidad causal implica, a su vez, destruir la excelencia de vida propia de una categoría privilegiada de humanos. Rechazando esa estructura de racionalidad, la nueva ficción implicaba entonces una ruptura de la jerarquía de las formas de vida, un modelo de acción y una imagen del pensamiento.
A través de Flaubert, Conrad, Woolf, Keats, Baudelaire, Büchner y Brecht, este libro estudia las formas y paradojas de una revolución de la escritura que es también una revolución en el pensamiento. Rancière cuestiona así ciertas interpretaciones de la modernidad literaria, como la reificación de Lukács, el ?efecto de realidad? de Barthes o el análisis de Benjamin sobre Baudelaire como ?el poeta lírico en el apogeo del capitalismo?.