La geografía feminista examina cómo las relaciones de género, las identidades y las desigualdades influyen en el espacio y el lugar, y cómo estos, a su vez, afectan las vidas de las personas y en especial la vida de las mujeres y disidencias sexuales y sus comunidades. Combina teorías y metodologías del feminismo, estudios de género y geografía crítica para analizar temas como la distribución espacial de los roles de género, la accesibilidad y el uso del espacio, la representación y la interacción entre género, raza, clase y sexualidad en la conformación de entornos específicos. Se interesan por cómo las estructuras de poder basadas en el género organizan el espacio, y cómo estos espacios reflejan y perpetúan desigualdades de género.  Además, la geografía feminista critica las aproximaciones tradicionales en la geografía que han ignorado las experiencias y contribuciones de las mujeres y otras identidades de género, buscando redefinir conceptos como el espacio público y privado desde una perspectiva que reconoce la importancia del género en su configuración.

En este paseo recorreremos los principales escenarios donde esta tuvo lugar, de las sedes de la Inquisición a la Plaza Mayor (donde se celebraban los Autos de fe), de la Plaza de la Cruz Verde (emblema de la Inquisición) a las viviendas de las acusadas. También recorreremos  espacios relacionados con alguno de los 18 casos de procesos inquisitoriales contra mujeres acusadas de hechicería y brujería en Madrid y sus alrededores.

El paseo será realizado por el Grupo de Madrid de la Campaña por la memoria de las mujeres perseguidas por brujería, que, a partir de los estudios de Silvia Federici (“Calibán y la bruja” y “Brujas, caza de brujas y mujeres” sobre todo) busca 1) investigar y socializar la caza de brujas de los siglos XVI-XVIII en su relación con la emergencia del capitalismo y el Estado moderno, 2) promover la representación de esta memoria en el espacio físico, institucional y curricular y construir nuevas representaciones narrativas de las brujas y la caza de brujas, y 3) analizar las continuidades estructurales de la violencia contra las mujeres y denunciar la moralización y criminalización de las mujeres en las cazas de brujas del presente. Más info en www.memoriadelasbrujas.net

«Por miedo a que mueran, no los dejamos vivir» Janusz Korczak

«Cuando mis hermanas y yo nos criamos, se entendía que los niños teníamos capacidad para asumir riesgos y aprender. Hoy estamos en una sociedad que considera a los niños discapacitados, los vemos incapaces. Debemos sacar a la infancia de la cautividad». La calle fue siempre el espacio de ocio, crecimiento y coeducación de los hijos, y que solo dejó de serlo recientemente, tras un «proceso muy silencioso de domesticación de la infancia», materializando la «traición total al derecho al juego de los niños» Y así, «lo que era algo natural —que los niños pudiesen salir solos a la calle— se convirtió en algo complejísimo», hasta el punto de entender que los menores no pueden ir solos ni siquiera de su casa al colegio. Una transformación social que tiene su reflejo en el modelo urbanístico, con espacios perfectamente delimitados para el juego de los infantes, «separados, lo que significa excluidos», que extiende esta última reflexión al tratamiento que se les da a las personas mayores y discapacitadas en las zonas públicas de convivencia.

“Todo asentamiento es  una inscripción en el espacio de las relaciones sociales que lo construyen [...] Nuestras ciudades son el patriarcado escrito con piedras, ladrillo, vidrio y hormigón”. Jane Darke, 1998

«Desde mediados de los años 70 ha ido creciendo la producción cientifica en geografia que adopta un enfoque feminista. Estimulado inicialmente como expresión académica del movimiento en favor de la igualdad de las mujeres [...]Dos enfoques caracterizaron los primeros trabajos feministas en geografía: la crítica de la geografía que daba por supuesto que la experiencia masculina equivalía a la experiencia humana en general, y la descripción empírica de la geografía de las mujeres para demostrar cuán distinta era de la de los hombres», decían Janice Monk y Dolors García Ramón en 1987 en uno de los textos, ya clásicos, de la geografía feminista.

Desde entonces, mucho ha cambiado en el reconocimiento de estos saberes y disciplinas. Tanto, que en los últimos años algunas de las mayores intervenciones urbanísticas se han apoyado en el diseño con enfoque de género para justificar su desarrollo. Tal es el caso, por ejemplo de la Operación Chamartín en Madrid. El principal desarrollo aprobado en los últimos años  en la ciudad, que incide en un modelo depredador, basado en el beneficio económico y que profundiza en la segregación y polarización social y espacial ya existente, pero que se justifica con el apoyo de la Cátedra Unesco de Género y Política de Igualdad en Ciencia, Tecnología e Innovación de la Universidad Politécnica de Madrid (UPM)a través la aplicación de la perspectiva de género es su desarrollo. Lo que llamaríamos un ejemplo de pink o purplewashing.

Al tiempo que los intensos debates de los movimientos feministas sobre el territorio, en especial en américa latina, han producido un rico diálogo entre feminismos descoloniales y feminismos comunitarios sobre territorio, extractivismo y violencia de género, así como una experiencia de cartografía social, que ha enriquecido profundamente el campo de la geografía feminista.

En esta sesión intentaremos dar cuenta de la importancia de estos aportes así como reconocer y problematizar sobre aquellas cuestiones en que las geografías feministas y especialmente el urbanismo feminista pueden estar acompañando procesos que inciden en prácticas desiguales, gentrificación o en ocasiones reaccionarias. Y pensaremos sobre los retos del mismo para construir ciudades y terriorios más igualitarios.