“Años de plomo. Cuerpos separados. Estragos por parte del Estado. Subversión, Represión. Terrorismo. Excepción... ; o por el contrario, los años más bellos de nuestras vidas. Transformación radical de la vida cotidiana. Utopía. Necesidad de comunismo. Revolución sexual. Lucha armada. Etc.

Y aun más. Mundo Beat. Hippies. Situacionistas. Movimiento estudiantil. Poder obrero. Lucha continua. Maoístas. Consejistas. Anarquistas. Autónomos... Detrás de todas estas definiciones, la vida de miles, de centenares de miles de individuos durante dos décadas, que excavaron hasta
los cimientos de los pilares aparentemente inmutables de la sociedad italiana. Después de aquella enorme y profunda experiencia colectiva, nada puede ser considerado como antes.”

Estas palabras del libro La Horda de oro sirven como presentación de la sesión que dedicaremos al caso italiano. En un intento por leer algunos de los pasajes más importantes de aquella historia, el objetivo de esta sesión es entender como los movimientos autónomos italianos fueron capaces de sobrevivir y mantener la tensión de lucha más allá de los embates de finales de los sesenta y primeros setenta. El largo 68 italiano como caso de estudio y como ejemplo de desobediencia multitudinaria, organización política y capacidad de acumulación de fuerza a través de huelgas, piquetes y manifestaciones.

Los movimientos autónomos, expresados sobre todo en forma de centros sociales okupados, se encontraron a finales de los años 90 del siglo pasado con importantes límites políticos. La autonomía, entendida en términos amplios se había quedado encerrada en las propias organizaciones y grupos sociales que componían el movimiento.

Salir de ese impás pasaba por encontrar espacios de autonomía, de lucha y de experimentación política más amplios. Uno de esos lugares fue Lavapiés (Madrid) donde se afincaron un buen número de proyectos políticos que hicieron de este territorio un auténtico espacio de experimentación política. Viviendas okupadas, proyectos como La Biblio, el primer HackLab “Cielito Lindo” son algunas de las experiencias que acompañaron a los dos procesos más conocidos de aquellos años: el Centro social El Laboratorio en sus tres ediciones y La Eskalera Karakola.

En esta sesión haremos un repaso de aquel momento y nos centraremos en contestar algunas preguntas que pasan por pensar ¿Cómo fue el proceso de aquellos años?¿Qué actores y sujetos se implicaron en el mismo?¿Qué elementos de innovación y experimentación política se pusieron en marcha?

Esta sesión presentada por Beatriz García Dorado pretende ser un conversatorio con varias experiencias que en los últimos años han participado de diversos centros sociales y sus movilizaciones. Para ello nos centraremos en la herramienta del sindicalismo social, que ha servido de punto de encuentro para el movimiento de vivienda, pero también para otras muchas experiencias de lucha autónomas en distintas ciudades del estado.